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Año nuevo Andino

Como un espíritu amante de la cosmovisión andina, en cualquier […]

Como un espíritu amante de la cosmovisión andina, en cualquier viaje trato de conectarme con la parte ancestral del lugar. En esta ocasión se acercaba el año nuevo andino, que se celebra en todo el altiplano de América del Sur y yo me encontraba en Colombia, que muy poco celebraban estos eventos andinos. Sin embargo, el viento me llevó a conocer un día antes de la fiesta a unas personas muy especiales que celebraban no sólo el año nuevo andino, si no cada luna nueva, cada evento ancestral indigena. 

Así cogí mi moto a las 6 de la tarde y fui a un lugar especial lleno de energía a las afueras de Madrid, Bogotá para ser testigo de algo muy especial: el ritual del Año Nuevo Andino. Que cada 21 de junio es celebrada en el altiplano peruano, boliviano, chileno y otros países cercanos. Evento que nos recuerda la conexión ancestral del sol con la Pachamama, una tradición que, en Perú y otros países, es acompañada de actividades culturales y un profundo compromiso con nuestra historia y costumbres que siguen vigentes desde el imperio inca. Realmente, hablamos de una experiencia única que celebra nuestra identidad indígena.

La fecha de esta ceremonia es muy importante porque coincide con el solsticio de invierno. El momento exacto en el que el sol se encuentra a más distancia angular de la Tierra, lo que significa un nuevo inicio para las siembras de alimentos y una oportunidad para agradecer al dios Sol y a la Pachamama (madre tierra) por las cosechas del año que se va, así como pedir por las que vendrán, este ritual ancestral se le llama el Pagapu (Pago a la tierra). Mientras esperamos mirando con las palmas de las manos de frente al sol en el momento en que llegan los primeros rayos del día, para así sentir la energía del padre sol